21 June 2012

Noa guest at Serrat & Sabina concert in Tel Aviv (Israel)



'La Mano de Elías' de Tel Aviv -llamado hoy Nokia Arena- solía vibrar con los contraataques de dos pájaros veloces y astutos: las estrellas del Maccabi, Miki Berkovich y Moti Aroesti. Anoche, se enamoró de otro tipo de contraataque, más pausado y canalla pero igual de efectivo: Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
El concierto 'Dos Pájaros Contraatacan' enloqueció a más de 5000 personas (en su inmensa mayoría israelíes de origen latinoamericano) que llegaron de todos los rincones del país en busca de un sorbo de nostalgia. A la caza del sonido en directo de las melodías que dieron color a sus vivencias de Buenos Aires, Madrid, Montevideo, Ciudad de México...



Pese a la polémica que rodeó su llegada, no hubo referencias al conflicto israelopalestino. El mensaje político se quedó en la rueda de prensa previa al concierto. En el escenario, cantaron, bailaron, se intercambiaron puyas cariñosas y coquetearon con el pasado sin olvidar el presente. En definitiva, se divirtieron.
Antes del espectáculo, Serrat y Sabina mostraron su "máximo respeto" hacia las organizaciones que les habían pedido anular el concierto en Israel "en solidaridad con el pueblo palestino y sus derechos vulnerados ante la ocupación". Pancartas como "Gracias por venir" o "Estamos aquí" recordaron el temor de algunos-y deseo de otros- ante una cancelación de última hora.
La única licencia fue el saludo inicial en hebreo de Sabina "¡Shalom, buenas noches Tel Aviv!" que dio pasó al árabe "¡Salam aleikum a todos! de Serrat.
"Siempre tuve el sueño de venir Israel, lo que no sabía era que tardaría tanto..y menos con mi maestro Serrat", confesó Sabina, inspiración de Or, un joven mexicano que vive en Tel Aviv. "Sí, estoy aquí por sus letras", nos comenta emocionado mientras sus familiares informan que se sabe todas su canciones. Repiten, "todas".
"Ché, yo crecí con el Nano como referencia musical y moral. Cuando supe que venía, no lo dudé ni un instante. He visto en acción a una leyenda", añadía Martín, que pese a sus 10 años en Israel sigue respirando su Buenos Aires natal.
Se trata de la primera visita de Sabina en Israel y la segunda de Serrat tras su actuación en el 84. Viejas melodías, chistes, recuerdos y las letras de siempre originaron la electricidad suficiente para iluminar las gradas. En la víspera y a una pregunta de ELMUNDO.ES, Sabina explicó que buscaba "complicidad" en el público. Lo que no sabía era que el auditorio hispano de Israel se asoció con la pareja mucho antes de que salieran con sus característicos bombines.
"Niño, deja ya de joder con la pelota, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca", cantó Serrat en el Olimpo del deporte israelí mientras Sabina no dejaba de recordar su "modesto" pasado en comparación con el de Serrat: "Hace 40 años, Serrat era Dios... bueno para no ser blasfemo entre Gardel y Maradona".
David Broza, una de las estrellas de la música israelí en las últimas cuatro décadas, se sentía como un niño con zapatos nuevos. Incluso, un poco nervioso. No era para menos. Por fin, cumplía su sueño de cantar en su casa con uno de los que, sin saberlo, le ayudó a hacerse un hueco. La versión hebrea de "La mujer que yo quiero" catapultó a Broza en los 80 a un cielo que ayer compartió con el catalán.
Serrat explicó que "el éxito se debe al trabajo de David" y que "el poeta (Yeonathan Gefen) que trabajó mis textos no tenía ni puta idea de español". El pabellón se derrumbó de orgullo cuando compartieron la famosa canción en hebreo y español. Sentado en un rincón y disfrutando como un espectador más, Sabina puso el toque de ironía al comentar:"La canción que más me gusta de Serrat es la de David Broza".
Noa, la buena amiga de Pep Guardiola que pese a los rumores no estuvo en el concierto, fue la otra invitada israelí de una velada que durante tres horas trasladó "La Mano de Elías" a una ciudad hispana.


"Hace dos años viajé a Sudamérica y escuché por primera vez a Sabina. Al volver a Israel no paré de escucharle. He visto muchos conciertos suyos en YOUTUBE y creo que el de esta noche es de los mejores. Los argentinos están más conectados a Serrat pero a mi me gustan las canciones de Sabina", nos dice Maayan Suisa, una universitaria israelí antes de volver a la ciudad norteña de Haifa. Su madre reconoce no saber ni una palabra de español pero se muestra feliz por "la experiencia inolvidable".
El océano hispano-israelí albergó temas emblemáticos como 'Mediterráneo', 'Para la libertad', o 'La Orquesta del Titanic' en la que los dos supervivientes se ganaron un lugar en tierra.

"Cuando termina el concierto... depende de quién han aplaudido más, si es a mi lo celebro, si es a él me voy a llorar", dijo una vez Sabina. Pese a la adulación hacia Serrat, el público hizo todo lo posible para que no se fuera llorando.

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