SANTIAGO.- El 31 de mayo de este año, la noticia sobre el ataque que tropas israelíes concretaron sobre la llamada "Flotilla de la libertad", provocó un generalizado repudio en la comunidad internacional. En los hechos, no sólo se impidió que un grupo de embarcaciones llegara con ayuda humanitaria hasta la Franja de Gaza. Además, diez personas murieron, y otras tantas fueron heridas y apresadas.
De inmediato se levantaron jefes de Estado y dirigentes de organismos multinacionales, en una escalada que también llegó al mundo de la música popular. Grupos como Gorillaz, Klaxons y Pixies, cancelaron los conciertos que tenían agendados en Israel como una forma de protesta. Otros, como Placebo, Paul McCartney y Elton John, optaron por realizarlos de todas maneras, provocando encontradas reacciones, principalmente en el mundo árabe.
Con su origen yemenita-israelí, la cantante Noa —que esta noche se presenta en Chile— se ha transformado en una de las voces más validadas para hablar del conflicto entre Israel y Palestina, en el que siempre ha pujado por la paz y el entendimiento. Y sobre la vertiente artística del mismo, su juicio es claro.
"Tengo muy poco respeto por los artistas que cancelaron sus shows en Israel. Pienso que son cobardes. Yo pensaba que tendrían el coraje y la integridad de venir a Israel y decir su opinión, directamente a sus fans. Habrían tenido un impacto mucho mayor de esa manera. Lo que ellos han hecho ahora es crear más antagonismo y aislamiento en el público israelí, que no hará nada por la causa de la paz al contrario", dice la artista a Emol.
“Esto es mucho más que entretenimiento”, dice la cantante israelí Noa desde Tel-Aviv, territorio que el prejuicio aconseja pensar como polvorín político en tensión permanente. Pero la suya es una carrera consagrada a combatir el miedo, asegura, todo dentro de un objetivo mayor. “Mi voz está para hacer una diferencia”, sentencia.
Nacida en Israel, criada en Estados Unidos, descendiente de familia yemení, Achinoam Nini (su nombre real) lleva casi 15 años tocando la tecla de la música por la paz desde uno de los epicentros del conflicto político. Y ahora prepara su primera gira por Latinoamérica, con Chile como escala: el 5 de agosto se presentará en el Teatro Oriente de Santiago. “Decidí armar un espectáculo que funcione como un ‘grandes éxitos’ de lo que me gusta de mi carrera. He seleccionado varias canciones en los tres idiomas en que más he cantado y creado: hebreo, inglés y yemení”, adelanta la artista que aterrizará acompañada de dos músicos de fuste: su colaborador de siempre Gil Dor y el percusionista Zohar Fresco.
Entre el repertorio también incluirá “Es caprichoso el azar”, el dueto que grabó en 2007 junto a Joan Manuel Serrat -“una balada preciosa, amo su música”, describe- y también la canción “La vida es bella”, que le solicitaron para la edición en DVD de la película del mismo nombre de Roberto Benigni.
“El músico que ganó el Oscar por esa música, Nicola Piovani, se enfermó muy gravemente y pasó meses en el hospital. Durante todo ese tiempo, lo que le permitió salir adelante, según él, fue escuchar uno de mis discos. Dice que el álbum lo trajo de vuelta a la vida”, recuerda Noa.
Benigni también escuchó la historia y quiso conocerla. “Es exactamente como en sus películas. Terriblemente divertido. No hace personajes en el cine”, cuenta la cantante que también cautivó a Miguel Bosé, quien la invitó para hacer un dueto: “Papito” (2007).
DESARME
Noa lleva casi dos décadas de carrera, en las cuales se propuso intensificar sus tránsitos culturales: en 1994 se presentó al Vaticano para entonarle al Papa Juan Pablo II el “Ave María”. “Fue como derribar muros entre las religiones. Interpreté una canción cristiana, pero no a la manera cristiana, sino con mis propias letras”, dice.
Tras ello, la invitaron a replicar el tema en infinidad de escenarios. Fue la primera israelí en ser convidada al certamen internacional más importante de música espiritual, el Festival de Música Sagrada de Fez. Bill Clinton la invitó a la Casa Blanca. Quincy Jones la llamó a sus filas en 2004 junto a Angelina Jolie, Lauryn Hill y Bono, para un concierto en el que recolectaron fondos para los niños refugiados en las zonas en conflicto. Se sumó al “Live 8” de 2005. Se ganó una invitación al Vaticano a cantar junto a Lou Reed y Lionel Richie, entre otros. “De ellos, sólo he aprendido la humildad. Stevie Wonder debe ser el artista más íntegro con quien he compartido. Y también está Pat Metheny, quien produjo mi primer disco. Es un genio, mi héroe, le dio un impulso internacional a mi carrera”, recuerda.
La voz más internacional de Israel se describe como consagrada a la causa de la paz y a la convivencia fraterna en Medio Oriente, por lo que regularmente comparte escenario con músicos árabes. Y cada vez que ve las noticias le dan ganas de gritar: “La gente llega sin tener idea qué esperar. Hay una gran dosis de miedo y sospechas, que llevan a las personas a hacer cosas estúpidas. Es un círculo vicioso. Prefiero la música, que nos lleva a los valores que todos podemos compartir”. LN
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